EL QUE ESCUCHA, CONOCE
En este pequeño texto evangálico encontramos toda una serie de verbos, empleados por Jesús, que están interrelacionados. Es como si el Hijo de Dios, provisto de paleta y pincel, se hubiese puesto a imprimir en la tela los trazos que marcan y constituyen la quintaesencia del discipulado. El primer signo identificador de los suyos consiste en escuchar con amor y deseo su voz: el Evangelio. Es una escucha dinámica que provoca el conocimiento mutuo, es un reconocer a Dios desde el alma hasta poder llegar un día. al, igual que Job, a contestar llenos de gozo:<Yo te conocía solo de oidas , más ahora te han visto mis ojos> (Job 42,5). Lo que Jesús añade a su descripción del discipulado lo llamaremos consecuencia lógica de esta escucha y conocimiento espiritual del que nos habla San León Magno, y que nos permite llegar a tocar a Dios. Las ovejas me siguen, les doy la vida eterna, vencen conmigo la muerte y están conmigo y mi Padre, que también es suyo. De ahí que enseñara a sus discípulos a dirigirse a Él dicéndole: Padre nuestro...
En este pequeño texto evangálico encontramos toda una serie de verbos, empleados por Jesús, que están interrelacionados. Es como si el Hijo de Dios, provisto de paleta y pincel, se hubiese puesto a imprimir en la tela los trazos que marcan y constituyen la quintaesencia del discipulado. El primer signo identificador de los suyos consiste en escuchar con amor y deseo su voz: el Evangelio. Es una escucha dinámica que provoca el conocimiento mutuo, es un reconocer a Dios desde el alma hasta poder llegar un día. al, igual que Job, a contestar llenos de gozo:<Yo te conocía solo de oidas , más ahora te han visto mis ojos> (Job 42,5). Lo que Jesús añade a su descripción del discipulado lo llamaremos consecuencia lógica de esta escucha y conocimiento espiritual del que nos habla San León Magno, y que nos permite llegar a tocar a Dios. Las ovejas me siguen, les doy la vida eterna, vencen conmigo la muerte y están conmigo y mi Padre, que también es suyo. De ahí que enseñara a sus discípulos a dirigirse a Él dicéndole: Padre nuestro...