domingo, 9 de diciembre de 2012

JERUSALEN


Jerusalen, despójate de tu vestido de luto  y aflicción y viste las galas perpetuas de la gloria que Dios te da; envuélvete en el manto de la justicia de Dios y ponte a la cabeza la diadema de la gloria perpetua, porque Dios mostrará tu esplendor a cuantos viven bajo el cielo. Dios te dará un nombre para siempre: <Paz en la justicia> y <Gloria en la piedad>. Ponte en pie, Jerusalen, sube a la altura, mira hacia Oriente y comtempla a tus hijos, reunidos en Oriente y Occidente, a la voz del Espíritu, gozoso, porque Dios se acuerda de ti.

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