jueves, 7 de junio de 2012

TESTAMENTOS E INDEPENDENCIA

A hijo, mujer, hermano o amigo, no des poder sobre ti mientras vivas; ni des a otros tus riquezas no sea que te pese y tengas que acudir a ellos.
Mientras vivas y puedas respirar, no te pongas en manos de nadie.
Mejor es que tus hijos te pidan que verte obligado a depender de ellos.
En todo lo que hagas, sé tú el que dirige, y no manches tu reputación.
Solo cuando estés acabando tus días,  a la hora de la muerte, reparte tu herencia.

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