LA VERDADERA FELICIDAD
Feliz el hombre que no se ha deslizado con su boca, ni sufre tormento por la tristeza del pecado.
Feliz a quien su conciencia no reprocha, y que no queda corrido en su esperanza.
Feliz el hombre que no se ha deslizado con su boca, ni sufre tormento por la tristeza del pecado.
Feliz a quien su conciencia no reprocha, y que no queda corrido en su esperanza.
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