sábado, 26 de mayo de 2012

MISERICORDIA Y JUSTICIA

Ante Dios está siempre la conducta del hombre, y nada se oculta a sus ojos.
Al frente de cada pueblo puso un jefe, pero Israel es la porción del Señor.
Cuanto el hombre hace es para Dios claro como el sol, sus ojos observan siempre su conducta.
No se le ocultan sus maldades, todos sus pecados están ante el Señor.
La limosna del hombre es para él como un  sello, y guarda un  favor como la niña de los ojos.
Un día se alzará para recompensarlos, y dará a cada uno su merecido.
A los que se arrepienten les permite volver, y conforta a los que han perdido la constancia.

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